Morrones rellenos
Más que la receta, espero transmitir una idea que quede para siempre en ustedes. La cocina puede ser el lugar donde aprendan de organización y puedan aplicarlo a todo... ¿Quién dice?
No les voy a andar mintiendo diciendo que es idéntico a la mozzarella... pero tiene lo suyo y convierte una prepizza con salsa en una pizza, lo que es mucho.
Ya saben que en mi familia hay un panorama de orientaciones alimentarias de lo más variado. Veganos, hambrientos 24/7, quisquillosos, alérgicos a la lactosa, etc. Por suerte, lo que no falta es ganas de comer y todos nos adaptamos a lo que venga y eso hace mucho más fácil el día a día.
Cande es vegana, aunque ocasionalmente come huevos porque donde nosotros vivimos podemos ir a comprar huevos de chacras que tienen gallinas sueltas. Su problema es con que le impongan a la gallina poner huevos si no quiere. Fuera de eso, no come lácteos, carnes, ni sus derivados.
A raíz de esta variedad de gustos y costumbres, aprendí muchas cosas. Obviamente recetas veganas, leches vegetales, yogures y fermentos; pero también, trucos para resaltar sabores, técnicas para evaluar si una comida es completa, y sobre todo miles de reemplazos para que mi pequeña no extrañara sus recetas favoritas.
De todo esto quiero decirles que si hay una regla de oro para que cualquier tipo de comida sea deliciosa, son los condimentos. Tengan, conozcan, combinen y apliquen.
En las dietéticas pueden conseguir unos quesos veganos muy ricos de sabor y muy buenos de textura, pero no siempre son muy accesibles... también hay muchas recetas, que dan resultados fantásticos y que les recomiendo probar. Pero a veces, por una u otra limitación, nos encontramos sin queso y esta receta express puede salvarlos.
La textura es elástica como la del queso cremoso ya derretido, así que va muy bien sobre pizzas, lasagnas, en tartas de verduras, con canelones, con hamburguesas. Si no tienen miedo y condimentan este queso con ganas, van a poder usarlo en los más variados platos.
1/2 taza de copos de puré deshidratado o 1 papa grande recién hervida
1 1/2 taza de agua hirviendo (si usan puré deshidratado)
1 cda de aceite
1/2 cda sal marina
1 toque de pimienta
1 cda levadura nutricional sabor queso
1/2 cdta (ojo) de vinagre de alcohol
1. Si van a usar puré instantáneo, colóquenlo en la jarra de la licuadora/procesadora y cubran con el agua hirviendo. Dejen reposar 5 minutos. Si van a usar una papa, es importante que esté recién hervida y caliente. La cortan en trozos y la ponen en la jarra de la licuadora/procesadora. De acá en adelante siguen igual para cualquiera de las dos versiones.
2. Pulsan un par de veces para empezar a formar un puré liso y van agregando uno tras otro el resto de los ingredientes. Con lo único que tienen que tener cuidado es con la sal: más vale poner poquito al principio y después ajustar, que pasarse.
3. Tienen que procesarlo, batirlo o mixearlo hasta que se active el almidón de la papa y empiecen a verlo muy gomoso y fluido. Es igual a queso cremoso derretido.
4. Prueben un poquito y tómense el tiempo de sentir el sabor. Necesita ser saladito, con un toque de grasa y un aftertaste ácido. El queso tiene el sabor complejo de lo fermentado y si se esmeran con los condimentos van a ver que lo logran.
5. Para incorporarlo a sus platos, piensen en que están incorporando queso derretido. Fear not.
Más que la receta, espero transmitir una idea que quede para siempre en ustedes. La cocina puede ser el lugar donde aprendan de organización y puedan aplicarlo a todo... ¿Quién dice?
Harina, levadura y agua son los ingredientes mágicos para preparar el alimento más rico del mundo. Hacer pan casero es más sencillo de lo que se imaginan.