Evaluar, planificar y avanzar

Tomarse un momento para analizar cómo nos hemos desempeñado es esencial para crecer. Válido para todas las áreas de la vida.

No importa cuanto nos esforcemos en el día a día, si no establecemos objetivos y evaluamos el camino que hemos transitado, es difícil que avancemos. Hacer y hacer a lo loco es gastar energía que nos sería útil para muuuchas otras cosas. Lo que les propongo es:

1. Establecer un objetivo (si aún no lo han hecho)

2. Decidir acciones concretas para concretarlo

3. Evaluar nuestro desempeño

4. Planificar los siguientes pasos para avanzar

Los objetivos

Acaban de empezar las clases y eso siempre significa que es momento de ajustar -por eso tal vez se me ocurrió compartir esto con ustedes. Los horarios se hacen más rutinarios, pero también más inflexibles y aparecen imprevistos que hay que resolver con rapidez.

En esta época mi objetivo principal es que cada comida en casa sea tan saludable como pueda ser. En segundo lugar es importante que haya opciones bajas en calorías y veganas y por último, utilizar la mayor cantidad de ingredientes orgánicos posible. Todo sin volverme loca ni gastar una fortuna. ¿Quién apuesta por mí?

La definición de un objetivo también ayuda en nuestros momentos de confusión. Si están tratando de perder peso, no agarren chucherías en el super. Si están tratando de ahorrar dinero, no se distraigan con productos industriales o supérfluos. Les aseguro que llegado el momento, van a cocinar con lo que tengan a mano. Más vale que sea bueno.

Very important: planificación

Planificar es pensar qué puedo hacer concretamente para cumplir mi objetivo. Si mi objetivo es comer sano y no llevo nada al trabajo, o abro la alacena y sólo hay galletitas, mmm... no estoy yendo en la dirección correcta.

Para mi objetivo actual me tomo unos minutos durante el fin de semana y los dedico a pensar (agenda en mano) qué platos voy a preparar. Lo que sigue es anotar qué compras tengo que hacer, obbbvio. Parece una pavada, pero este simple momento de anotar me conecta con la tarea y me hace más consciente. No siempre escribo cosas super concretas, pero sí un bosquejo. Guiso de legumbres, pollo con alguito, tarta de hojas... más o menos así.

El domingo también es mi día de mealprep, es decir, adelanto lo que puedo. En mi experiencia, las tareas que más agradezco tener hechas son lavar y hervir hojas, dejar legumbres en remojo, hacer masas de tartas dulces y saladas, saltear cebolla, hornear vegetales como zanahorias, morrones, brócoli... según la temporada.

Últimamente, compro las verduras en chacras y encuentro cosas que no había previsto en mi menú. ¿Ven? Por eso el menú tampoco tiene que ser ultra estructurado.

La evaluación: chan.

Evaluar implica ser sincero y reconocer en qué medida sentimos que tuvimos éxito con nuestro plan.

¿Hicieron un boceto de su menú?

¿Compraron a consciencia?

¿Hicieron compras compulsivas?

¿Se sintieron desesperados y recurrieron al delivery?

¿Qué pidieron?

¿Podrían haber decidido mejor?

¿Qué tareas les resultaron más efectivas?

No se asusten si al principio el resultado está lejos de lo que esperaban, con el tiempo van a ir ganando práctica y todo va a resultar más fluido.

Ajustar el plan

A partir de cómo salieron de su auto evaluación, van a poder planificar otra vez. Tal vez vean que comprar por mayor es más efectivo, o que ciertos ingredientes no se usan y hay que reemplazarlos. Pueden aprender recetas nuevas, usar mejor el freezer y el microondas. En fin, cada uno va a saber qué pequeño paso lo acerca a lo que busca lograr con su alimentación.

La cocina es el corazón de la casa

Se que a veces me pongo fanática con la cocina, pero realmente creo que todo se puede cambiar desde ahí. Hagan la prueba y van a ver que en cuanto empiece a salir aroma a comida de su olla, todos se van a reunir y de repente, nadie va a querer estar lejos de su comida.