Sopa cremosa de zapallo
La sopa es una comida completa si le ponemos suficiente onda.
Cuando serví este plato hoy, todos preguntaron: ¿Qué se festeja? Si eso no les dice todo...
Lo que son las costumbres, ¿no? En la casa original de mi maridismo preparan un arrollado agridulce tradicional de las Fiestas y tal vez por eso mis hijos ven algo arrollado y sacan las cornetas. Locura la cultura.
Eeeen fin, hoy había planeado contarles otra cosa; algo menos cocinístico y más experiencial. Pa' pensar, ¿vio? De los mensajes más frecuentes que recibo, las preguntas sobre cómo se me ocurren recetas o de dónde saco inspiración lideran el ranking.
La mayoría de las veces no tengo una idea exacta de qué voy a cocinar. No tengo un menú anotado donde dice "pollo con papas" o "sobras con queso". Tal vez hay personas que sí lo tienen y les súper funciona porque sirve de guía para comprar y para no devanarse el cerebro a las nueve de la noche. A pesar de lo que puedan imaginarse, soy bastante desastrosa en muchos aspectos organizativos y por eso tengo que compensar con otras habilidades.
Mi secreto para resolver el día a día es no enfocarme en un plato específico, sino en los objetivos que persigo. Y sé mis objetivos porque me lo pregunto, no les digo todos los días, pero con frecuencia. ¿Qué significa para mí comer? ¿Por qué como? ¿Qué obtengo de la comida? ¿Qué impacto tiene el cocinar en mi vida y en la de los que me rodean? Tal vez parezca un poco too much para un plato de comida, pero les garantizo que este razonamiento tiene el potencial de cambiar su vida.
¿Ustedes creen que si responden "como para no tener hambre" o "cocino porque nadie más lo hace" es lo mismo que "como para tener la energía para desarrollar la vida que quiero" o "cocino para brindar parte de quien soy a mis seres importantes" es lo mismo? -Ojalá hayan respondido que no, porque se acaba el post-. Sus respuestas a las preguntas que planteé antes los van a guiar en la cocina más que el libro de Choly Berreteaga.
Mis respuestas en torno a la alimentación y la cocina tienen que ver con los placeres sensoriales, el ser mi mejor versión con mis comensales (tal vez decir con comida lo que no siempre puedo decir en palabras), el obtener energía para los proyectos que más me emocionan, el cuidar mi salud, el estar al 100% de mis posibilidades físicas y mentales, y poniendo en juego siempre mi lado más creativo. De la búsqueda diaria por vivir a la altura de esos estándares salen mis recetas. Esa es mi fuente de inspiración.
Los días difíciles, con escasez de alguno de los recursos principales, priorizo. Poco tiempo, mayor sencillez. Pocos ingredientes, austeridad y máxima creatividad. Pocas ganas, siempre hay algo en el freezer. Último recurso, se pide al lugar que cumpla con la mayor cantidad posible de nuestros requisitos. Pero hay que tenerlos. Es un círculo que empieza y termina en nosotros.
Ayer compré este ramo precioso de kale y supe al instante que quería hacer un plato hermoso, delicioso. Tiene todo lo que me gusta: es vegetariano, cae perfecto a cualquier hora y tiene un factor sorpresa. Bam.
Si no son amantes de lo agridulce, pueden preparar un pionono salado.
Pionono
4 huevos de campo
50 g de semita de maíz (versión sin tacc)
o harina de trigo 0000
1 cda de miel
1 cda de azúcar
1 pizca de pimienta
Relleno
4 cdas de aceite de oliva exra virgen
1 cebolla
350g de kale fresco
1/2 taza de leche de coco
1 taza de porotos alubia cocidos
Sal y pimienta
Nuez moscada
1. Para preparar el pionono, empiecen por encender el horno a 200°. Es caliente.
2. Coloquen los huevos, que tienen que estar a temperatura ambiente, en el bowl de la batidora y batan a velocidad alta junto con el azúcar hasta que se forme una espuma pálida y densa. Esto lleva de 5 o 7 minutos.
3. Antes de dejar de batir, agreguen la cucharada de miel dejándola caer en forma de hilo en el borde del bowl.
4. Con una espátula y amor, incorporan la harina que hayan elegido y la pimienta. No hace falta batir ni mezclar demasiado. No queremos que la espuma que logramos pierda su estructura.
5. Vuelcan el batido sobre una placa de 30 x 40 cm, la clásica de pionono, forrada con papel manteca y rociada con spray vegetal.
6. Hornean durante 10 minutos.
7. Retiran, cubren con un paño de cocina y enrollan. Retiren el papel una vez que se haya templado.
1. Para preparar el relleno, pongan el aceite en una olla con buen fondo y doren la cebolla.
2. Agregan el kale bien picado y remuevan por unos 5 minutos, hasta que empiece a perder la crocantez.
3. Traten de mantener el fuego suave y tener paciencia. No lo apuren. Cuando lo vean tierno pueden incorporar la leche de coco y condimentar.
4. Después de unos 5 minutos prueben la sazón y añadan los porotos.
5. Con ayuda de un mixer, sin sacar de la olla, procesen hasta tener una crema untuosa. Van a ver que la textura es increíble, podrían usarla para mil recetas. Además tiene mucha personalidad.
6. Dejan templar antes de usar.
Para armar el arrollado, estiran el pionono y retiran el papel manteca rompiéndolo en tiritas. No temáis, todo está bien. Distribuyen en cremosísimo relleno con ayuda de una espátula y enrollan bien ajustado. Les recomiendo refrigerarlo un par de horas antes de cortarlo.
- Si por alguna razón quieren reemplazar el kale, un buen atado de espinacas puede resultar igual de delicioso.
- Si lo agridulce no es lo suyo, un pionono salado también va perfecto.
- Si quieren usar una salsa para acompañarlo, les recomiendo mucho mucho una buena salsa de lima.
- Si quieren llevar este arrollado al máximo nivel de sabor, lo acompañan con cerezas frescas bien maduras. Oh... perfecshon.
Como siempre, espero sus comentarios.