Esto no se trata de fit o no fit, se trata de calidad, sabor y apertura a nuevas ideas. Un brownie chocolatoso para todos los días.
Mis seguidoras saben que el brownie no está en mi top five de postres favoritos, y eso que me encanta el chocolate. El tema es que el brownie suele estar ultrasaturado de chocolate y azúcar, más una textura densa que lo hace pastoso y, a mi gusto, difícil de comer.
Las recetas clásicas además son altas en todo lo que prefiero comer con moderación: manteca, azúcar y harina refinada. No estoy en ninguna filosofía anti-alimentos, pero sí creo que definitivamente hay ingredientes que no justifican su uso cuando hay reemplazos espectaculares. La regla de oro es que sea delicioso con la mejor calidad posible. Jamás renuncio al sabor, ni voto por que uno coma cosas que no generan placer, pero tampoco placer a cualquier precio.
Para su tranquilidad, amiguismos, este brownie cumple con todos los requisitos. Es absolutamente delicioso y chocolatoso, es aireado y liviano, va bien con nueces o sin, y es tan sano como un brownie puede ser. Les cuento:
El chocolate es irremplazable, obvio. Asegúrense de que sea de buena calidad. Puede ser chocolate con leche o semi amargo, pero el mejor que consigan. Piensen que es lo que va a determinar el sabor y el color de su postre. Yo usé cacao amargo combinado con el chocolate para que intensifique el sabor sin necesitar de tanto endulzante. El cacao también contribuye a un color oscuro y un sabor profundo.
El endulzante puede ser el de su preferencia: azúcar blanco, mascabado, de coco, stevia líquida o en polvo, sucra, jarabe de arce, miel...bueno, quedó claro que puede ser cualquiera. Obviamente que van a tener que ajustar la cantidad según el que elijan, y tal vez chequear un poquín el líquido que van a incorporar. Nada desafiante. En mi experiencia, y lo que uso normalmente, 1/4 taza de azúcar de mascabo es más o menos igual a la misma cantidad de miel, 2 sobres de Stevia, 1 cda Stevia líquida. Con esta cantidad de endulzante uso 2 tazas de harina. El resultado es un dulce no muy saturado. Dulzón, digamos.
Harina, harina, harina. Lo que tienen que decidir acá es qué tipo de textura quieren. De eso va a depender el tipo de harina y la cantidad que van a usar. Mi objetivo era reemplazar la harina de trigo y por eso use garbanzos cocidos de base. Esa pasta que se forma al procesar los garbanzos va a hacer que el brownie sea húmedo y tierno. Si quieren darle un poco de aire a la miga, les recomiendo harina de trigo, semita de maíz o harina de quinoa, más el leudante. Si quieren una textura bien húmeda, puede ser harina de garbanzos, maíz dulce o arroz.
Por último, la materia grasa. En esta receta usé aceite de coco, pero manteca o aceite de oliva también funcionan. Como el chocolate ya es grasoso y los garbanzos aportan lo suyo, es difícil que el resultado final sea un brownie seco o soso.
Les escribo la receta como la preparamos en las historias. Ustedes ajusten con confianza.
100g de chocolate
4 cdas de aceite de coco
Una pizca de sal
2 cdas de cacao amargo
1 1/2 tazas de garbanzos
2 huevos
1/2 taza de harina
1 cda polvo de hornear
Esencia de vainilla
c/n Agua o leche vegetal
1. Derretir el chocolate a baño María.
2. Incorporar el aceite de coco, la sal, los garbanzos bien procesados, la esencia de vainilla y mezclar con una cuchara de madera hasta integrar por completo.
3. Agregar los huevos y mezclar nuevamente. No es necesario batir ni incorporar demasiado aire.
4. Añadir la harina mezclada con el polvo de hornear, el cacao y el azúcar y mezclar hasta que se vea integrado. Si hiciera falta, pueden agregar líquido para alivianar la masa. No hace falta que sea líquida, pero tampoco una pasta dura.
5. Verter en un molde forrado con papel vegetal y rociado con spray y hornear durante 25/30 minutos a 175°
6. Servir con crema y nueces y disfrutar... mmm...
Les prometo que si no dicen los ingredientes, nadie va a sospechar de qué están hechos. Hagan la prueba, dense un gusto y van a ver que todo es mejorable. Aún el chocolate.
