Shakshouka
Esta es una comida africana que van a ver es reconfortante, amistosa y muy fácil de preparar.
No esperen un clásico, porque este flan/creme es lo más lauresco que existe: sin tacc, sin azúcar, 20 minutos de principio a fin.
Ahora que terminó la época de Fiestas, y vi que han estado inspiradísimos cocinando, planeando y usando su mejor vajilla, no dejen que se les pase. ¡Aprovechen el envión y sigan! Este es el momento de usar la creatividad para armar platos livianos y disfrutar de las comidas con más calma. Para preparar postres aptos para todos los días hay que usar un poco más el ingenio, pero justo ahora tenemos tiempo. Después los anotan y tienen su librito para usar durante el año.
En época escolar, el almuerzo es un caos en casa. Se come rápido, cada uno a la hora que puede, y a veces no llegamos al postre porque ya hay que estar en algún lado. Horror. Es tremendo porque el postre es la mejor parte y se complica disfrutarlo como Zeus manda. Por eso ahora no me para nadie. Postre, postre, postre.
En verano sí hay postre todos los días. No les voy a decir que hay un mega helado casero de chocolate o un soufflé de limón cada día... pero hay algorrico seguro. A veces es una fruta convertida en granita o una fruta asada con un copo de crema, pero es postre, está en una compotera y lo comemos tranquilitos en el patio o en el living (sin zapatos, of cors). ¿Ven? Con los productos deliciosos de la temporada, no hace falta demasiada ciencia.
¿Vieron que ya no se usa aparecer de visita en la casa de alguien sin avisar? Bueno, a casa ya no viene nadie sin haber mandado un mensaje o haberlo organizado en una visita previa. Entonces, cuando alguien toca el timbre, es casi un hecho sobrenatural. Sólo abro la cortina del living un mini centímetro... me paro de costado y espío... no vaya a ser cosa que me quieran vender un tiempo compartido o algo.
En algunas ocasiones, el que toca el timbre es un joven flaco, de cabello revuelto y con pocos dientes, que en tono bajo me dice desde la reja: ¿'Buesas? Y yo pienso un segundo y le digo: ¿Cuánto por paquete? Si me parece accesible, digo: Dame dos. Y salgo corriendo, billete en mano, porque siempre estoy descalza y la vereda super caliente o super congelada. Gracias. Gracias. Chau. Chau. Y corro con mi botín.
Durante el año, el dealer, que es muy versátil y conoce a sus consumidores, también comercializa 'utillas, 'erezas y 'ándanos. Salen un ojo de la cara, pero las trae a domicilio y las elige muy bien. Qué se yo... no se puede todo.
Yo me inspiré porque justo recibí estas frambuesas que no podrían ser más hermosas. Sabía que tenía las yemas que me habían quedado del desayuno, y una vainilla super rica que me regalaron.
No tenía harina de almendras, así que molí un puñado de almendras sin pelar y una cucharada de semillas de lino para ayudar con la textura. No hay mucho más secreto por aquí... Es sin azúcar, sin tacc, sin grasas agregadas.
Las cantidades que les cuento son para dos porciones.
2 yemas
1 1/2 taza de leche
3 cdas almendras molidas
1 cda de semillas de lino molidas
1 sobre de stevia
1 cdta esencia de vainilla
1/2 taza de frambuesas
Es very simpol. Enciendan el horno a 170°. Mezclen en un bowl todos los ingredientes, excepto las frambuesas. Cuelen esta mezcla y viértanla en una fuente baja. Yo usé una fuente individual de 25 x 15 cm. Distribuyan las frambuesas por toda la superficie y horneen por 18/20'. Tiene que estar apenas dorado en los bordes y el centro aún un poco movedizo. Va a quedar perfecto al enfriarse.
Yo lo comí así, pero siempre pueden subir al siguiente nivel con un copo de mascarpone o crema.
Una gran idea para que nunca falte el postre en sus días de verano. Espero que cocinen, me cuenten y disfruten. Los leo.