Salsa sweet and tangy de naranja
Esta salsa es a la comida lo que el labial rojo a un vestido.
Oooootra de las recetas que me encanta sumar a las comidas principales para sumar toques divertidos.
Con el tiempo me di cuenta de que lo que más complica a las personas a la hora de cocinar son sus limitaciones mentales acerca de lo que una comida debe ser. Debe tener nombre y apellido, debe ser un algo de carne con un algo al lado, debe estar definido lo que es de desayuno, almuerzo y cena, y así. Límites, límites, límites.
Mi idea es: si se vuelven más flexibles respecto de esas concepciones, se abre un mundo de posibilidades para armar comidas espectaculares. Ustedes ya saben qué ingredientes son los que su cuerpo necesita para tener energía, también saben qué les gusta y obvio que saben lo que tienen en la alacena. ¿Cuál es el problema? Ninguno, porsupu.
Si me preguntan, las fritattas, los panes salados, las tortillas, los revueltos, las ensaladas completas y los omelettes, son el tipo de comida que caen perfecto a cualquier hora. Tienen todos los grupos de alimentos, son livianos y dan energía por horas.
Hoy decidí hacer la versión vegana, pero puede ser de distintas maneras y todas son ricas. Garantizado.
Huevos o no huevos: la versión vegana lleva semillas de chía hidratadas, porque el mucílago que las recubre sirve perfecto como aglutinante. De las dos maneras queda perfecto.
Harinas: usé harina de maíz (polenta) y harina de trigo integral. Pueden usar premezcla sin gluten, agregar un poco de harina de almendras o salvado de avena, no se me ocurre una combinación que sea relamente mala. Puede ser más seco o más migajoso, pero nunca feo. mantengan las cantidades que les indico y van a estar bien.
Aceite: cualquier materia grasa esta bien.
Leche: la que gusten, vegetal o animal está perfect.
La receta está tal cual la hice yo según los ingredientes veganos. No hay mucho problema con hacerla diferente en cuanto al orden. La idea es mezclar los líquidos en un bowl, agregar los secos y por último las verduras. Fin. #cualquierapuedecocinar.
2 cdas de semillas de chia ( o 2 huevos)
1 1/2 tazas de leche
1 taza de polenta
1 taza harina de trigo integral orgánica
1 cda polvo de hornear
3 cdas aceite
1 cda azúcar
1 cdta sal
poquín de pimienta
1 coliflor chiquita
1 cebolla
1 ramito de salvia (opcional)
Encender el horno a 180°. Si van a usar sartén de hierro, colocarla vacía dentro del horno. Tener las verduras limpas y cortadas.
Hidratar las semillas de chía en 1/2 taza de agua por unos 10 minutos. Hacerlo directamente en el bowl que van a usar para la masa.
Agregar el aceite, el azúcar y los condimentos y mezclar.
Incorporar el resto de la leche y la harina mezclada con el polvo de hornear de manera intercalada.
Sacar la sartén del horno y pincelar con una cda de aceite de oliva.
Verter la masa y colocar la verdura por encima hasta que quede toda la superficie cubierta. Agregar las ramitas de salvia y algunas escamas de sal marina por encima.
Hornear durante 20 minutos o hasta que vean dorados los bordes.