

Maléficas cookies de avena
Un buen frasco de galletas es una máxima en cualquier casa. Tanto para armar un postre de emergencia, para compartir con una visita inesperada, o para zafar de un antojo nocturno.
Estas barras de pizza se las deben a Gapu que es muy fan de lo salado a toda hora: desayuno, snack, picada.
Gapu nunca amó los dulces y si bien ha sido una gran ventaja en la mayor parte de los aspectos, pocas veces encontraba comiditas ricas en la escuela y los cumples. Por eso, empecé a buscar opciones que se pudiera llevar y que nosotros mismo tuviéramos siempre a mano para satisfacer su diente salado.
Para generar el mayor efecto usé absolutamente todos los ingredientes pizzísticos: aceitunas, tomates secos, aceite de oliva, sal, pimienta, albahaca, orégano... oh my. Les prometo que es la experiencia completa de una pizza, pero que pueden llevar en el bolsillo.
2 tazas de avena activada y seca
2 claras de huevo
6 tomates secos hidratados
3 cdas queso parmesano rallado grueso
1 cda de aceite de oliva
1 cdta orégano
1 cdta albahaca
1/4 cdta ajo en polvo
1/4 cdta pimienta
6 aceitunas
1 cdta sal marina
Picar bien los tomates secos hidratados y las aceitunas.
Colocar las claras y todos los demás ingredientes, excepto la avena, en un bowl y mezclar bien sin batir. No hagan espuma.
Agregar la avena y mezclar hasta que esté toda pegoteada con la mezcla de claras.
Aceitar un molde de tarta cuadrado o una pizzera y distribuir la mezcla formando un rectangulo. Aplastar bien para que queden compactas.
Hornear a 170° por 25 minutos.
Retirar del horno y cortar en caliente.
Para conservarlas, les recomiendo dejarlas enfriar y guardar fuera de la heladera en un recipiente hermético. Duran 7 días en lugar fresco y seco, no más de 4 en CABA en verano. Juaaa!
Un buen frasco de galletas es una máxima en cualquier casa. Tanto para armar un postre de emergencia, para compartir con una visita inesperada, o para zafar de un antojo nocturno.
Levante la mano quién no va a ciertos restaurantes sólo por la completísima, tibia, tentadora y nunca demasiado llena canasta de panes.