Y liviana, además. Creo que se va a volver la torta de emergencia de muchas casas...
Voy a decir una cosa terrible, que no sé cómo puede ser tomada... pero es 100% cierta y mi única intención es ser honesta con ustedes. Les pido que sean tolerantes y entiendan que es algo que me pasó hace mucho. Soy una persona distinta ahora.
Mi confesión es la siguiente: nunca me gustó la torta de chocolate. Chan.
Ya les he contado que gran parte de mi infancia la pasé con mis abuelos alemanes. Vivíamos en un campo en Entre Ríos y respetábamos mucho las tradiciones de su cultura y el flujo de la naturaleza. Comíamos lo que se hacía en casa a partir de ingredientes en temporada. Realmente se compraban pocas cosas. La mayoría de los ingredientes eran de producción propia o provenían del intercambio con vecinos.
La harina, el arroz y otros cereales se buscaban de molinos cercanos, la huerta brindaba los vegetales y las frutas que se comían frescas y en conserva, la carne se obtenía de la faena de animales propios, y así... La verdad es que no recuerdo haber visto una golosina empaquetada jamás y el chocolate al que teníamos acceso se reservaba para las noches de invierno y estaba en cajitas con papel de seda, lo que me dice que venía de alguna bombonería porteña. La verdad no sé.
La cuestión es que debo haber probado las primeras porciones de torta de chocolate cuando empecé el colegio primario, porque nunca fui al jardín. ¡Vaya a saber qué horripilantez habré comido que no volví a comer torta de chocolate hasta que yo misma pude hacerla!
Y tampoco es que hice una torta y me enamoré. No, no. Me llevó muchas pruebas encontrar una torta con la adecuada intensidad de sabor, una miga cremosa pero no pesada, un aroma profundo pero no a café, un color rico sin aditivos raros. Ustedes saben. Con las pruebas fui viendo qué era lo que más me gustaba y fui adaptando y probando.
Hoy les comparto una receta de torta de chocolate que tiene todo lo que yo valoro. Atenti que no es bizcochuelo, es una torta. Húmeda, rica, densa, profunda, irresistible. No es que no la puedan decorar para hacer una tradicional torta de cumpleaños, al contrario, la recomiendo, pero van a ver que hay que adaptar la humedad y cantidad de capas por el peso.
Antes de pasar a la receta quiero decirles que el más pro de esta torta es Gapu. Es una receta ideal para dejar que los chicos exploren la cocina porque no tiene ningún paso delicado o manejo de ingredientes que puedan poner en riesgo el resultado.
Torta súper húmeda de chocolate
2 tazas de harina leudante
1 taza de cacao amargo
1 1/2 taza de azúcar
1 cdta de sal
1/2 taza de aceite
1 taza de leche (puede ser vegetal)
3 huevos
1 taza de agua hirviendo
* Esta torta requiere cero batido, es sólo integrar. Por eso pueden hacerla con una cuchara de madera o un batidor de mano. Si quieren en la batidora de pie, también está perfecto. No les recomiendo mucho hacerla con batidora de mano porque es muy probable que la batan en exceso y quede gomosa.
* Enmantecar dos moldes de 20 a 24cm de diámetro y encender el horno a 175°. Pueden hacerla en un solo molde, pero lleva más tiempo y es más delicada de manejar.
Preparación
1. Colocar en el bowl todos los ingredientes secos y mezclar.
2. Agregar los húmedos, si quieren pueden mezclarlos en un recipiente, y mezclar sólo hasta que vean que se integró todo. Nada más.
3. Agregar la taza de agua hirviendo y volver a mezclar.
4. Separar en los dos moldes, usando una balanza o intentando que sean lo más parecidos posibles en cantidad.
5. Hornear durante 30 minutos.
6. Dejar templar unos 10 minutos antes de desmoldar sobre una rejilla. Pueden rellenar con lo que más les guste o servir sola. No hace falta que la conserven en la heladera, si no tiene relleno.
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